Hoy en día podemos encontrar muchos libros acerca de valores morales y ética; pero a pesar de eso, cada vez estamos inundados de antivalores y nos preguntamos ¿por qué?
Si en muchos lugares como universidades, colegios y escuelas se conversa del buen comportamiento, ¿por qué la conducta de muchos se está corrompiendo? Hablamos del valor de la amistad y miramos en las escuelas abuso de niños contra niños, mencionamos la honradez y estamos entre los países más corruptos, entonces, ¿qué hacer?
Entre tantas preguntas, emerge del océano de mis recuerdos, la época de cuando estaba en el colegio, tenía una amiga que vivía a la vuelta del instituto; el papá de ella nunca me dejaba entrar a su casa y me respondía de forma muy grosera; pero una vez mi amiga se enfermó y le pusieron suero en la vena del brazo, la doctora preguntó ¿alguien se puede quedar con ella para que le quite la guía del suero?
De inmediato dije que yo. Después de un tiempo regresé a ver a mi amiga, y el papá de ella cambió totalmente conmigo; entonces, será que con el pasar de la vida se va aprendiendo a ser mejores personas o cambiar porque otros fueron amables.
La amistad es un valor muy fuerte, “es una semilla que tiene que morir para que lleve muchos frutos”, así dice el libro de ética más grande que es la Biblia. Esto no se trata, como muchas veces hacemos, de imponer mis propias normas, criticamos a los demás su comportamiento, pero no miramos, como dice la Palabra de Dios, “la viga que hay en nuestros ojos”.
Podemos aprobar las clases de ética con 100%, recibir las mejores conferencias a cerca de la moral o tener miles de libros que hablen de valores; pero, la verdad es que si no practicamos todo esto es difícil saber cuán morales y éticos somos.