Ante la próxima fiesta de la Inmaculada y con la inauguración del año de la misericordia, leemos en los periódicos, un gesto lleno de amor misericordioso. Es difícil leer entre la basura informativa alguna noticia refrescante. Quiero resaltar una noticia por considerar que se podría tratar de un principio de misericordia colectiva iniciada por un magnate al que siempre hemos admirado por su trayectoria profesional y por su gesto de humanización.
El titular es el siguiente:”Mark Zuckerberger-fundador de Facebook- dona el 99% de sus acciones por el nacimiento de su hija” adicionalmente ha publicado la carta que su mujer Priscila y él han escrito para ilustrar su decisión. Dicen: “tu madre y yo no podemos expresar con palabras la esperanza que nos das en el futuro” el magnate le desea un mundo mejor y su compromiso de hacer su parte para conseguirlo.
Otros magnates iniciaron actuaciones similares creando una fundación cuyo lema es: “El compromiso de donar” Animan a los más ricos del mundo a donar la mayoría de su dinero a beneficencia, el objeto es evitar que las grandes fortunas del mundo no acaben despilfarradas por sus herederos.
Ignoro hasta qué punto, esta iniciativa es lo transparente que desearíamos todos.Pudiera ser una acción mancomunada de un “Think Tank” cuyos objetivos están muy alejados de esta voluntad filantrópica. No obstante me quedo con la iniciativa y, a otros corresponderá, juzgar si el destino de estos fondos multimillonarios, están o no, bien canalizados para conseguir un Mundo Mejor.
Se me antoja que uno de los principales problemas por los que estamos sometidos, es el de la Paz. Si estos fondos se canalizaran para conseguir resolver este enorme flagelo que son las guerras, incluyendo en la denominación, el terrorismo, sería un milagro que bien mereceríamos los amantes de la Paz.
Estamos tan contaminados que he podido escuchar las posibles comportamientos de estas acciones en la bolsa americana, si bajan los ahorradores perderán y si suben los especuladores –siempre muy bien informados- ganaran. Nunca llueve a gusto de todos. Lo que tengo muy claro es que de los especuladores no irá, ni una sola moneda, a las colectas eclesiásticas de este domingo.
Yo animo a los magnates y a los que no lo son que se tomen en serio las amenazas sociales que embargan a este mundo deshumanizado y que hagan lo que el Señor dijo: “lo que por uno de estos hicisteis, por mi lo hicisteis”