Son dos palabras importantes en el desarrollo de nuestra vida terrena. Es difícil conseguir una vida lograda si no hemos definido previamente el sentido y el valor con el que queremos vivirla.
Todo y siendo muy consciente de lo que significan ¿cómo y cuándo definiremos el sentido y el valor de nuestra vida? afirmo que nunca es tarde para hacerlo o corregirlo.
Todo lo que hacemos, consciente o inconscientemente, tiene un sentido. Unas veces bueno otras malo. Es muy difícil hacer o pensar sin valorar las consecuencias que nuestras acciones pueden influir en un entorno determinado.
Significamos todo en la vida. Nadie puede pasar desapercibido en nada. Todo será sometido al juicio de nuestro entorno. Dios, no nos creo para pasar desapercibidos. Nos toca descubrir algo muy importante. ¿Para que nos creo a cada uno de nosotros? ¿Qué espera de cada uno de nosotros? ¿En qué lugar nos quiere? Si nuestra fe fuera intensa nos daríamos cuenta que hablando, orando con Él, tarde o temprano, conoceríamos la verdad de nuestro destino.
Ahora toca reflexionar e interiorizar las capacidades con las que hemos sido dotados y ponerlas al servicio del Señor. Si consideramos no tener la capacidad para entrar en dialogo con Dios para despejar las incógnitas que nos atormentan, deberemos superarnos y pedirle ayuda, Él nos la concederá sin reservas y con el amor que nos tiene sabremos como agradarle.
Nuestro verdadero sentido en la vida, no es otro que, agradarle. Para ello debemos cumplir con el primer mandamiento de su Ley: “AMARÁS AL SEÑOR TU DIOS CON TODO
TU CORAZÓN, CON TODA TU ALMA Y CON TODAS TUS FUERZAS¨. Este es el único sentido que deben tener nuestras vidas. Los que lo consigan se sentaran a su diestra.
Fundador: Foro S.Juan Pablo II