Juan José Pérez Soba, sacerdote y profesor de Pastoral Familiar en el Instituto Juan Pablo II de la Universidad Lateranense aclara que su nuevo libro El verdadero Evangelio de la familia (Biblioteca de Autores Cristianos), escrito con Stephen Kampowski, es “para evitar malentendidos y aportar una visión más amplia respecto de la familia como fuente de evangelización” sobre las declaraciones del cardenal Kasper que acotaba el tema a una cuestión pastoral cuando lo que “está en juego –precisa –Pérez Soba- es una cuestión fundamentalmente cultural y antropológica que implica lo esencial de la comprensión del hombre y la revelación del amor de Cristo”.
-¿Qué le ha motivado a escribir “El verdadero Evangelio de la familia”? -Dedica el primer capítulo de su obra a la evangelización en la familia en una cultura pansexualizada, ¿dificulta el erotismo generalizado la transmisión de la fe en la familia? »En la medida en la que la Iglesia, en especial por medio de la vida de los matrimonios cristianos, dé un testimonio convincente del amor humano, será capaz de transmitir de un modo creíble la fe en la familia como fuente de vida para las personas. -¿En qué aspectos reconocemos que la Iglesia primitiva fue fiel al evangelio de la familia? »Esto es lo que iluminaron también en los casos concretos en los que se ponía en cuestión alguna de estas características. Es ejemplar su conciencia de la originalidad del evangelio de la familia como modo de transmisión de la fe. Reducir su visión a una pretendida “pastoral de la tolerancia” es ignorar su modo de comprender el papel de la gracia en la vida del bautizado. -Aparte de por mandato de Jesucristo, ¿qué aspectos humanos se desarrollan y magnifican con la fidelidad de los esposos? »Ya como verdad humana está llena de la trascendencia de Dios que une profundamente a las personas en lazos de amor. De este modo el matrimonio es ejemplo y fundamento de las relaciones humanas como recuerda el Papa Francisco en la Lumen fidei de tal forma que se la reconoce como un bien común de la sociedad de máxima relevancia. -Dentro de la Iglesia, algunos prelados y religiosos, se han manifestado favorables a impartir la comunión a los divorciados? ¿Puede variar su posición en este sentido? »Desde luego, es falso pensar que se puede dar cualquier tipo de cambio en cuestiones que afectan a la doctrina cristiana y se está creando por parte de los medios y de algunas personas interesadas una expectativa en esta dirección que debe ser contestada. Ya Juan Pablo II declaró que era doctrina irreformable la imposibilidad de disolver un matrimonio rato y consumado. -Ante el próximo Sínodo de la Familia, ¿se entrará a reflexionar sobre la cuestión aludida anteriormente? »No se deja claro en qué medida las cuestiones doctrinales implicadas en dichas propuestas se han de tener en cuenta de modo previo a cualquier discusión. Se transmite así un mensaje fundamentalmente confuso respecto de esta cuestión. »Al menos, no aparece como el único ni el principal de los temas a diferencia de lo que se desprendía de la relación del Cardenal Kasper. Incluso se afirma que no es en la actualidad el mayor de los problemas de la pastoral familiar, pues es más grave y significativo el hecho de que en un número muy alto las personas se unen sin vínculo alguno. Juan José Pérez Soba -¿Qué podemos esperar los católicos de ese Sínodo para los próximos años? »Se observa sobre todo que la posición marginal que todavía tiene la pastoral familiar en nuestra Iglesia es consecuencia de una mentalidad que no percibe el Evangelio de la Familia como un elemento central de la vida cristiana. La enorme ignorancia del verdadero plan de Dios sobre el matrimonio y la familia, también entre muchos sacerdotes, es un obstáculo formidable en el momento de afrontar los desafíos que la familia cristiana sufre en la actualidad. »San Juan Pablo II, el “Papa de la familia”, ha dejado un lenguaje nuevo que permite entrar en un diálogo positivo con las personas, y una visión nueva de la pastoral familiar desde la perspectiva de la “vocación al amor” que todavía es desconocida por muchos dentro de la Iglesia. »Desde luego, los Sínodos han de servir para impulsar a ese cambio de mentalidad necesario y proponer una formación real sobre este tema. -A su juicio, ¿en qué área del mundo la familia católica goza de mejor salud? »Es importante por ello tener una visión global de la familia las distintas culturas, y evitar concentrarse sólo en la cultura occidental en la que la crisis anterior se vive con una especial intensidad, mientras la situación en lugares como la India, Filipinas o Corea, son muy distintas. En cada lugar el Evangelio de la familia ilumina un camino específico que siempre será de llevar a cabo un profundo impulso evangelizador al cual nos anima con tanto ímpetu el Papa Francisco. |
![]() |