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Obispo reafirma el mensaje de San Juan Pablo II.

La Diócesis celebra una misa de acción de gracias por la canonización del Pontífice que visitó Huelva hace 21 años El prelado bendice una réplica de la Cruz de la Juventud

Huelva rememoró ayer una fecha clave en su historia como fue la presencia del papa y santo Juan Pablo II el 14 de junio de 1993. Su mensaje sobre la necesidad de la nueva evangelización que ha de extenderse por todo el mundo incluida Europa, volvió a difundirse entre el numeroso público asistente a la celebración eucarística de acción de gracias.

Veintiún años después, la Diócesis tuvo a bien rememorar una jornada en la que Su Santidad celebró misa en el mismo lugar elegido en la mañana de ayer. Esa apretada e histórica jornada de 1993, lo llevó asimismo a Moguer, Palos y El Rocío. De todo ello se hizo memoria en la celebración eucarística que fue presidida por el obispo de la Diócesis, José Vilaplana y en la que estuvieron presentes unos 40 sacerdotes. Con ella se invocó la canonización del Papa hace escasas semanas.

Junto a monseñor Vilaplana, se encontraba el obispo emérito, Ignacio Noguer que hace 21 años era el obispo coadjutor de la Diócesis cuyo titular era Rafael González Moralejo ya fallecido. El propio Vilaplana recordó que también él fue testigo de la histórica jornada. Muchos de otros de los que se dieron cita en la rotonda Juan Pablo II también viajaron con sus mentes 21 años atrás. Sin embargo, también había muchos jóvenes que, tras concluir la misa, tuvieron ocasión de escuchar la voz del Papa Wojtyla, en un extracto de su mensaje en Huelva.

Precisamente, la imagen de San Juan Pablo II que se encuentra situada en la Parroquia de San Sebastián, fue trasladada hasta la rotonda. Para ello se contó con la presencia de una comitiva en la que estaban representadas diversas hermandades de gloria y penitencia tanto de la ciudad como de la provincia. En dicha comitiva hubo una notoria participación de los grupos de jóvenes. Junto a ellos, el movimiento neocatecúmeno, los scouts y las congregaciones de religiosas de la provincia, como las Hermanas de la Cruz y Teresianas entre otras.

La imagen del Santo Papa fue portada en el paso de San Sebastián con un exorno floral que reproducía los colores vaticanos. El paso fue dirigido por David Hidalgo y Antonio Pineda como capataces. La imagen, obra original de Martín Lagares, fue situada a la izquierda del altar que estaba presidido por un cuadro de la Inmaculada, Patrona de la Diócesis y que habitualmente se encuentra en la Casa de Ejercicios Virgen de la Cinta. Tras el paso de San Juan Pablo II, se situaron los Simpecados, guiones y varas de las hermandades presentes mientras que a la derecha del altar se ubicaron el Coro de la Merced y una reproducción de la Cruz de la Juventud. El conjunto se completó con el denominado Crucifijo Filipino perteneciente al cabildo catedralicio.

La ceremonia eucarística comenzó con la bendición de esa reproducción de la Cruz de la Juventud. Se trata de una iniciativa de Juan Pablo II que cumple ahora 30 años para que peregrinara por todo el mundo. Monseñor Vilaplana bendijo la réplica y anheló que ésta sea «un compromiso para anunciar por toda la Diócesis que Cristo es la salvación».

En su homilía, el obispo rememoró la obra y palabras del santo papa: «Fue peregrino y testigo de la fe y para confirmar la nuestra vino hasta nosotros aquí a Huelva». El prelado no quiso obviar que «la visita a tierra onubense tuvo dos causas fundamentales: la amistad de Juan Pablo II con el entonces obispo de la Diócesis Rafael González Moralejo, ya que ambos habían sido compañeros en el Concilio Vaticano II; la otra causa fue el interés del papa por rememorar la gesta descubridora que supuso la evangelización del Nuevo Mundo». Fue también «una peregrinación mariana y para mí personalmente un gran regalo del Señor». El obispo posteriormente se detuvo en el mensaje profético y evangelizador que Su Santidad compartió en Huelva: «Él sabía que la humanidad estaba sedienta del Evangelio y de ahí viene el llamamiento a la nueva evangelización». Los jóvenes tuvieron un lugar muy destacado en las palabras tanto del obispo ayer como del Pontífice hace 21 años: «San Juan Pablo II les hizo un llamamiento para que aceptaran la voz de Cristo en sus vidas y que fueran santos y jóvenes al mismo tiempo».

Finalmente, monseñor Vilaplana enfatizó la personalidad mariana del Santo: «Fue un papa mariano e invocó a María como Estrella de la nueva evangelización».

El punto final de esta misa de acción de gracias supuso la parte más emotiva. Fue cuando se reprodujo parte del mensaje que el papa Wojtyla compartió con el pueblo católico onubense aquel 14 de junio de 1993: «Huelva es un lugar muy sugerente porque es aquí donde se vislumbró la evangelización del Nuevo Mundo; hoy alzamos la voz al Señor de la historia por esa nueva evangelización que llegue a todo el mundo». Juan Pablo II acababa sus palabras mostrándose agradecido por el recibimiento del que había sido objeto.

Tras la misa, el buen grupo de jóvenes allí presente cargó con la Cruz de la Juventud llevándola hasta San Sebastián donde quedará ubicada de manera habitual. La cuadrilla de costaleros, bajo un intenso calor, fue la encargada de regresar el paso hasta la parroquia de donde había partido, con el acompañamiento musical de los neocatecúmenos y la de la Banda del Nazareno.

El acto contó también con la asistencia de diferentes representantes políticos y de estamentos militares y de las Fuerzas de Seguridad. Entre ellos, el subdelegado del Gobierno, Enrique Pérez Vigueras; el delegado municipal de Cultura, Manuel Remesal, y cargos de la Comandancia de Marina y de la Policía Nacional.