Están pasando muchas cosas de corte geopolítico que amenazan con inmunizarnos para siempre, es decir, autenticas barbaries que rechazamos pero no lo suficiente como para sentirnos incómodos, avergonzados de hacia dónde vamos y sobre todo sin capacidad humana para aportar alguna solución. Cuando esto sucede, nos justificamos diciendo que nada podemos aportar y que eso es cosa de políticos que son los que lo tienen que arreglar.
Si nos cansamos de poner en entredicho la capacidad operativa de los políticos, porque demonios pensamos que ellos están preparados para resolver aquello que nos resulta a nosotros inabordable. Ellos, los políticos claro, la única solución que tienen en estos casos es la de montar una guerra. Cuantos más aviones sofisticados utilicen sobrecargados con el armamento más sofisticado y destructivo posible, mucho mejor. Nosotros incluso lo vemos con buenos ojos, incluso nos asociamos a nuestro espíritu y lanzamos un ¡¡eso, que lo quemen todo¡¡.
Nuestro proceso de formación, de toda la vida, ha sido fuertemente influenciado por las películas bélicas con que los americanos nos obsequiaban semana tras semana en la que siempre ganaban los buenos sin saber el trasfondo de quienes eran los buenos y quienes los malos. Algunos de nosotros hemos aprendido, con el tiempo, que las guerras no solo no son la solución sino que son el problema. La guerra es devastadora, calcina todo lo que encuentra y genera un problema mayor. ¡Nunca más la guerra¡ dicen en voz alta los Santos, como San Juan Pablo II, que vivió, en primera persona , uno de los episodios bélicos más sangrientos y abominable de la historia, todavía hoy, contemporánea.
No nos quedan muchas soluciones para detener esa barbarie que estamos viviendo con el actual llamado “estado islámico”. Cada pocos días las cadenas de televisión nos obligan a ser testigos de asesinatos sin sentido, Siria, Irak, Tierra Santa, son escenarios donde el ser humano, incluso niño, no cuenta para nada. La diplomacia de las naciones, incluyo al Vaticano, deberían tener un rol importantísimo para encontrar solución a este problema, pero tampoco funciona. Aunque, si bien es cierto, el Vaticano en la persona del Papa Francisco, dio una lección magistral de lo que es una buena diplomacia en el caso Israelí y Palestino.
Sin demasiada intención he nombrado a dos papas que han influido en la solución de conflictos ciertamente complicados. Me doy cuenta que personajes especiales pueden lograr milagros especiales. Comunismo en Europa, San Juan Pablo II, paz provisional en Tierra Santa, Papa Francisco. Benedicto XVI, con su encíclica Caritas in Veritate, podría ser otra solución si las personas la hubiesen hecho suya aplicándola en la vida cotidiana.
Todo ello me lleva a pensar que la mejor solución pasa por que la persona sea cada vez mas persona, se desarrolle como tal y su objetivo principal sea, crecer como persona. Ello no es tan difícil si rodeamos nuestras vidas de algo esencial como es el rescate de los valores personales, ético y morales, por desgracia olvidados no se sabe muy bien donde.
Recordemos algunos valores que sin duda podrían sernos de gran utilidad.
LA RESPONSABILIDAD.
Implica asumir las consecuencias de todos aquellos actos que realizamos consciente e intencionadamente.
Se trata de uno de los valores personales más importante, el que nace a partir de la capacidad humana para optar entre diferentes opciones y elegir la mejor; haciendo uso de la libre voluntad, de la cual resulta la necesidad de asumir todas aquellas consecuencias que de estos actos se deriven.
LA MAGNANIMIDAD.
Es la grandeza y la elevación del ánimo o bien una gran generosidad o liberalidad. Proviene del latín magno que significa grande. El valor que nos hace dar más allá de lo que se considera normal para ser cada día mejores sin temor a la adversidad o a los inconvenientes.
LA HUMILDAD.
La humildad incrementa la inteligencia y, el don de darse, hace crecer la humildad.
El líder usa el don de la palabra para hacer el bien y, ha de ser muy humilde, para saber callar antes de hacer el mal a ninguna persona y menos de su entorno. Se distingue a un buen líder porque jamás usa una palabra ociosa.
EL TALENTO.
Definir el TALENTO no es fácil, hay como no, una raíz latina y otra griega. También se atribuye a la interpretación de una de las más populares parábolas del Evangelio de los Talentos (a uno dio cinco talentos, a otro dos y a otro uno, a cada cual según su capacidad). Finalmente la RAE lo define como una aptitud (capacidad para el desempeño o ejercicio de una ocupación) Algunos lo consideran como un potencial que gracias a unas aptitudes le pueden distinguir de otros con más o menos talento. El talento puede ser intrínseco o aprendido. El talento intrínseco tiene la ventaja de poder ejercerse continua o interrumpidamente, siempre permanece; el aprendido, obliga al que lo ejerce, a una mejora continua para no perder posición.
LA PRUDENCIA.
Es un valor fundamental para no convertirnos en una víctima del sistema. No tiene nada que ver con pasar de puntillas por todas las situaciones y mucho menos, desapercibidos. Ser prudente significa estar preparado para saber afrontar las múltiples situaciones con las que a diario nos sorprenden. Donde mejor anida la prudencia es, en las situaciones complicadas en las que jugar con todas tus cartas sobre la mesa es peligroso. El imprudente es el que expone las cosas revelando, sin quererlo, su pensamiento final. De esta manera ha conseguido romper la mística que supone generar una expectativa. Debemos recordar que el silencio es el ARTE DE LA PRUDENCIA. Ser protagonista, es la divisa del imprudente.
Quiero ser optimista y pensar que personas con una formación con valores darían una estabilidad al sistema y mucho más si su educación comienza en la enseñanza primaria. ¡Es cuestión de proponérselo¡
- 2:21 pm
Hola, esos elementos que ud toca o aspectos, del ser y de la vida han sido obviados por quienes nos dirigen y si ciertamaento ellos con su proceder egoista donde el fin justifica los medios es decir manejar y personalizar los erarios publicos para su beneficio…. Donde todos lo contrario a esos aspectos q ud toca no los hacen ver como lo normal, quien no trafica con la influencia, quien no se coje lo ageno, quitate tu pA ponerme yo, no hacer cola, pagar vacuna para que me hagan, las cosas y un sin fin de hailidades negativas son el sistema perverso al cual los politicos p q son los primeros q a todo nivel en un silencio complice nos los imponen . si no lo haces asi eres un pendejo lo cool es infringir la ley. Todo lo anterior nos hace exclavo y victimas de los sistemas politico fuere cual fuese.. Sigo buscando elementos para cambiar eso, publico cuanto elemento de conciencia encuentro, pregono q nosotros mismos somos causa y efecto pues no cumplir nuestros deberes nos hace victima de matraqueo, de la vacuna , soslayando el deber ser. Somos sociedad de complices.
- 2:47 pm
EXCELENTE REFLEXION QUE ADEMAS DE PONERNOS A PENSAR, NOS ENSEÑA Y NOS ANIMA A SEGUIR ADELANTE EN ESTE PROCESO QUE SE LLAMA DESARROLLO HUMANO EN MI CASO CON N.S. JESUCRISTO COMO GUIA. SALUDOS