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Nigeria; Boko Haram al asalto de las grandes ciudades

Los fundamentalistas islámicos atacaron Maiduguri, pero fueron detenidos por el ejército. El obispo Oliver Dashe Doeme: «Podiamos vencer a los fundamentalistas, pero antes que nada hay que derrotar la corrupción»

Davide Demichelis
Roma«El ejército de Nigeria puede derrotar a Boko Haram. Si se elimina la corrupción de nuestro país podemos vencer esta guerra». Cuarenta muertes entre los militares, un centenar entre las filas de los fundamentalistas. Son los dramáticos números del último ataque de Boko Haram a la ciudad de Maiduguri, que se verificó entre el sábado y el domingo pasados. Sin embargo, el obispo de Maiduguri no tiene ninguna duda: Nigeria, con voluntad, puede salir de esta crisis.

 

 

Monseñor Oliver Dashe Doeme se encuentra fuera de la ciudad debido a algunas visitas pastorales. Celebró las primeras comuniones en algunas localidades cercanas y ahora se dirige a un funeral, pero no tiene la intención de abandonar su diócesis: «Tenemos miedo, como todos los seres humanos, pero nuestra fe no fuede ser derrotada por el terror. ¡Esta es nuestra tierra y aquí nos quedamos!».

 

 

En la ciudad de Maiduguri también hay miles de desplazados, que huyeron de las aldeas de la región de Borno. Entre ellos hay diez mil cristianos, recuerda el obispo, algunos de los cuales huyeron por temor de nuevos ataques: «La comunidad internacional deberóa cooperar con el ejército para derrotar a los fundamentalistas islámicos, pero antes que nada habría que quitar a los corruptos y a los infiltrados que colaboran con las milicias de Boko Haram, incluso en el ejército regular».

 

 

La ciudad de Maiduguri tiene más de un millón de habitantes. Si la llegara a conquistar Boko Haram, tendría un enorme valor estratégico y comercial para el autoproclamado “Califato” que está tratando de imponerse en el norte de Nigeria. El ejército respondió con fuerza al ataque, poniendo en juego incluso la fuerza aérea. A tres semanas de las elecciones presidenciales, los fundamentalistas islámicos pretenden hacer escuchar su voz.

 

 

«Muchos musulmanes fueron a combatir al lado del ejército, en contra de los fundamentalistas», subrayó el obispo de Maiduguri. Las relaciones entre las comunidades cristianas e islámicas son buenas: «El 26 de diciembre muchos musulmanes vinieron a mi casa; festajamos comiendo y bebiendo juntos». Es por ello que monseñor Oliver Dashe Doeme está convencido de que los fundamentalistas pueden ser derrotados: «Siempre y cuando el gobierno actúe bien y rápido».

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