Realiza el relieve que se colocará el día 7 a los pies del Monumento a la Inmaculada en su décimo aniversario
Este año hizo el cartel de la Semana Santa y ahora ofrece su faceta de escultor con un relieve de San Juan Pablo II. ¿Cómo acoge el encargo que le hace la Comisión del Monumento a la Inmaculada?
-Esta idea de realizar un relieve de San Juan Pablo II la recibo con enorme entusiasmo. No sólo por lo que representa la figura de este papa que ha marcado la mayor parte de mi vida, prácticamente no recuerdo a su predecesor, ha sido al que le he podido hacer mejor seguimiento y al que he sentido más cercano incluso físicamente, teniendo la oportunidad de verlo en vivo en varias ocasiones. Es la primera oportunidad que se me brinda de representar a un santo contemporáneo al que he podido conocer en vida.
-¿Qué desea trasmitir al realizar esta imagen?
-Sobre todo plasmar su bondad y su enorme capacidad de perdonar.
-Una réplica del monumento a la Inmaculada en Huelva, último regalo que recibió San Juan Pablo II, estuvo con él durante sus últimos días y ahora una efigie suya estará junto a Ella. ¿Cómo lo interioriza eso un escultor a la hora de realizarlo?
-En mi caso, como escultor católico, me encuentro que convergen en un mismo punto de encuentro de un lado una devoción como es la de la Inmaculada Concepción que me resulta tan bonita y, la de San Juan Pablo II que me es tan entrañable.
-¿Qué opinión tiene un joven como usted de este santo?
-Para mí fue un trabajador excepcional, no tuvo fronteras para llevar el mensaje de Jesús, un gran viajero que además amó mucho la figura de la Virgen María.
-Lo va a presentar bendiciendo a Huelva. Un escultor como usted, ¿de qué manera vive que una imagen suya el pueblo le rece, le implore, le hable…?
-Sinceramente, es bonito poder usar el don que Dios me ha dado para ponerlo a su servicio.
-¿Cómo vivió y sintió el pontificado de San Juan Pablo II?
-Lo recuerdo como unos años de esplendor, en los que el papa y sus visitas a nuestro país, por el que creo que sentía un gran cariño, formaban un enorme revuelo. Unos años en los que se hablaba de una Europa unida sin nacionalismos egoístas.
-Sé que es devoto de San Juan Pablo II, ¿qué le supone representar su imagen en bronce?
-Representarle es un orgullo y una alegría. En aquellos días en que lo vi en El Rocío, Huelva, Sevilla o La Rábida, nunca imaginé que sería santo y, mucho menos, que un día modelaría su imagen.
-¿Cree que la máxima de San Juan Pablo II Totus Tuus sigue latente en esta tierra tan mariana como es Huelva y Andalucía?
-Claro que sí. Eso ocurre en esta tierra andaluza desde mucho antes del mensaje de San Juan Pablo II y, por eso mismo, creo que amaba tanto a nuestra tierra y más en concreto a Huelva, donde se encuentra la Virgen del Rocío, una de la devociones marianas más importantes del mundo católico.