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“ESTOY PREPARANDO UNA ENCÍCLICA SOBRE ECOLOGÍA”

En el encuentro con los movimientos populares el Santo Padre dijo: “Hermanos y hermanas: la Creación no es una propiedad de la cual podemos disponer a nuestro antojo; mucho menos es una propiedad sólo de algunos, de pocos: la Creación es un don, es un presente, un don maravilloso que Dios nos dio para que cuidemos de él y lo utilicemos en beneficio de todos, siempre con respeto y gratitud (…).Ustedes quizá sepan que estoy preparando una encíclica sobre Ecología: tengan la seguridad que sus preocupaciones estarán presentes en ella”.

El Papa ha confirmado entonces lo que se decía desde hace mucho tiempo y deja en claro que es “una encíclica sobre Ecología”, pero no sería correcto interpretar la palabra “ecología” en un sentido reductivo o restringido porque en realidad el concepto es mucho más amplio. Francisco se refiere a la ecología humana y por lo tanto con toda probabilidad se trate de un documento magisterial socio-ecológico, donde estarán presentes todos los grandes desafíos relacionados con la Creación pero a partir de la centralidad del ser humano ante la crisis de la de civilización actualmente en curso. En consecuencia, las líneas de reflexión serán múltiples: social, política, económica, antropológica, relaciones internacionales, etc.. En síntesis, en la medida en que se puede prever será un magisterio que abarque todos los ámbitos, denso, sumamente articulado, donde las cuestiones ecológicas tendrán la función de líneas guía que le permitirán el magisterio del Papa llegar hasta la profundidad de los problemas actuales que acechan y amenazan a la inmensa mayoría de los Pueblos y de las Naciones y, en definitiva, a la humanidad misma. El Papa Francisco en numerosas alocuciones de los últimos meses ha manifestado dos grandes preocupaciones: la unidad fundamental del género humano y el destino universal de los bienes: núcleo central de la Doctrina Social de la Iglesia, elaborada y enriquecida desde los tiempos del Papa León XIII.

por Luis Badilla

Si ésta es la óptica –y seguramente será así-, es un error pensar que el Santo Padre dará a la Iglesia y al mundo un documento centrado en los cambios climáticos, en el futuro del planeta Tierra (fuente de recursos y basural de desperdicios), o sobre los daños que provoca el consumismo, el derroche o la avidez humana. No hay duda que está trabajando en la elaboración de un documento pontificio de gran trascendencia, global, que en cierta forma centrará el foco en la situación mundial después de los fenómenos recientes más preocupantes: la prolongación de la crisis económico-financiera sin vistas de solución y el perfilarse de “nuevos” terrorismos en el tablero de la “guerra en cuotas” que conforman una infame “tercera guerra mundial”.