Una de las personas que más pudo trabajar para vencer el sufrimiento personal fue San Juan Pablo II. Uno de los documentos más interesantes que genero fue el de la Carta Apostólica, SALVIFICI DOLORIS.
Su calvario sufridor empezó con el brutal atentado contra su persona que casi le pudo dejar sin vida. Los que hemos seguido a este santo y estudiado algunas de sus facetas pontificales, nos preguntamos, ¿como de extraordinario hubiese sido este Papa? si hubiera gozado de todas su energía física y mental como fuera antes del atentado. Aquí introducimos la palabra sufrimiento que, por desgracia, le acompaño durante toda su vida. Sin duda el gran merito de S. Juan Pablo II fue la excelente administración del sufrimiento en su persona. No es fácil mantener un adecuado nivel de actividad con el lastre del sufrimiento. Hace falta conocer el sufrimiento, ¿cómo poder convertirlo? y, finalmente, ¿Cómo combatirlo? Todas estas preguntas encuentran respuesta en la carta apostólica aludida y podemos disfrutar de su gran belleza para saber como abordar el último tramo de nuestra vida terrena sin sufrimiento.
Fijémonos en la fotografía, en el reflejo de felicidad de su anciano y dolorido rostro. En los montes dolomitas y con un fuerte episodio de Parkinson San Juan Pablo II sentiría algo mejor que todo lo que había visto y sufrido en su brillante ministerio pretino. Sus palabras en esta ocasión fueron tan oportunas como necesarias para todos: «Y cuando llegue el momento de nuestra definitiva» hora», concédenos afrontarlo con serenidad, sin arrepentimiento por lo que hemos de dejar atrás «.
Fundados Foro San Juan Pablo II