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El Espíritu Santo obra en la Iglesia haciendo crecer los valores de auténtica humanidad

María Madre de Misericordia nos haga sentir el amor de Dios, rezó el Papa ¡‘Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo único’! ( Jn 3,16)

(RV).- En sus palabras antes del rezo mariano dominical, el Papa Francisco hizo hincapié en el Evangelio del IV Domingo de Cuaresma. «Escuchando esta palabra, dirigimos la mirada de nuestro corazón a Jesús Crucificado y sentimos dentro de nosotros que ¡Dios nos ama, nos ama de verdad, y nos ama tanto! He aquí la expresión más sencilla que resume todo el Evangelio, toda la fe, toda la teología: Dios nos ama con amor gratuito y sin límites».

No olvidemos nunca: «Dios es rico en Misericordia»

Recibido con gran alegría y aplausos por miles de peregrinos, que a pesar de una lluvia intermitente acudieron a la plaza de San Pedro para rezar con el Papa y recibir su bendición, el Obispo de Roma recordó con la Plegaria Eucarística, que «si en la creación, el Padre nos ha dado la prueba de su inmenso amor donándonos la vida, en la pasión de su Hijo nos ha dado la prueba de las pruebas: ha venido a sufrir y a morir por nosotros».

El Espíritu Santo obra en la Iglesia y fuera de la Iglesia, haciendo crecer los valores de auténtica humanidad

«Después de la muerte y resurrección de Jesús, ‘el amor de Dios – dice siempre San Pablo – ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo, que nos ha sido dado. (Rm 5,5)», reiteró el Papa Francisco, señalando que «el Espíritu Santo obra en la Iglesia, y a través de ella asegura la memoria viva de Cristo y obra por doquier, también fuera de la Iglesia, haciendo crecer los valores de auténtica humanidad. El Espíritu de amor nos hace capaces de amar a Dios y a los hermanos. El Signo más santo y eficaz de este amor es la Eucaristía, el memorial de la Pascua de Jesús: cada vez que la celebramos revivimos el evento del Calvario, culmen de la historia de amor de Dios con la humanidad».

¡Que María, Madre de Misericordia, nos ponga en el corazón la certeza de que somos amados por Dios. Que esté cerca de nosotros en los momentos de dificultad y nos done los sentimientos de su Hijo, para que nuestro itinerario cuaresmal sea experiencia de perdón, de acogida y de caridad!

(CdM – RV)

Después de la oración mariana el Papa mostró su cercanía a la población de Vanuatu, en el Océano Pacifico, por el reciente ciclón que han vivido. Agradeció a las personas que están ayudando a los afectados llevando ayudas, y aseguró que reza por los difuntos, por los heridos y por las personas sin techo.

Además saludó a diversos grupos de peregrinos como a los fieles de Granada y Málaga de España, presentes en la plaza. También a diversos grupos de voluntariado que, “unidos en el empeño de la solidaridad, participan en la manifestación ‘Juntos por el bien común’”.

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