Monjes budistas activistas causan consternación entre compañeros monjes y laicos, que piensan que su propio lugar está detrás de las paredes del templo dedicado a una vida de contemplación tranquila. Este es el caso si son monjes que serían los políticos, como Phra Issara Somchai y Phra Uthai Yodmani o políticos que serían monjes, como Phra Suthep Thaugsuban.
La cuestión plantea preguntas acerca de la separación del clero y del estado y de los asuntos religiosos y seculares.Pero, en realidad, no hay una tradición de siglos de antigüedad de los monjes budistas estar involucrado en los asuntos de Estado, a menudo de manera violenta y militaristas. Los ejemplos incluyen Sohei monjes-guerreros japoneses, que durante 600 años lucharon contra rivales; Templo Shaolin de China para las artes marciales, donde los monjes fueron utilizados por los emperadores sucesivos para aplastar la revuelta; y el monje Myanmar Saya San, quien encabezó una revuelta en la cabeza de un ejército campesino antes de ser ahorcado por las autoridades coloniales británicas en 1931. Más recientemente, el Dalai Lama ha vivido una vida muy politizado desde que huyó del Tíbet en 1959, declarando que uno de sus objetivos es «la promoción de los valores humanos básicos o ética secular, en aras de la felicidad humana». El monje vietnamita Thich Quang Duc se centró la atención mundial en la corrupción y la intolerancia hacia los budistas de presidente católico Ngo Dinh Diem, cuando en 1963 se convirtió en el primer monje budista vietnamita a inmolarse. Más recientemente llamada Revolución Azafrán de 2007 en Myanmar se centró la atención mundial en las injusticias del régimen militar, tal vez acelerando su evolución hacia una postura más liberal. Muchos dicen que los monjes activistas en Tailandia desdibujan las líneas entre religión y política, alegando esta última pertenecen exclusivamente en el ámbito secular. Pero muchos aseguran que, cuando existe el mal y la maldad, o cuando hay injusticia social, la inequidad y la desigualdad, es el deber de los líderes religiosos de hablar y buscar reforma. Por desgracia, en uno de los ejemplos más recientes de activismo budista, monjes en Myanmar han recurrido a incitar a la violencia contra los musulmanes rohingya, que conduce a la muerte de muchos y la falta de vivienda de muchos más. David Brown